Un hombre ha sido detenido por la Policía tras tragarse un diamante valorado en 12.000 euros para que no se lo intervinieran en un control policial, ya que lo había sustraído horas antes a dos ciudadanas inglesas en un restaurante de Marbella en compañía de otras tres personas, también arrestadas.

Una prueba radiológica permitió comprobar que había ingerido la piedra preciosa, sustraída junto a dinero y otros efectos, según ha informado la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía, que precisa que a los detenidos -localizados en un vehículo- se les considera presuntos responsables de un delito de hurto.

El diamante pudo recuperarse finalmente el pasado domingo, aunque hubo que esperar casi dos días y medio hasta que lo expulsó de manera natural, han asegurado a Efe fuentes policiales.

Las dos británicas llegaron a un restaurante de la zona marbellí de Nueva Andalucía el pasado jueves a mediodía y una dejó su bolso de mano en el suelo, entre su silla y la mesa que ocupaban.

A continuación dos hombres bien vestidos entraron en el establecimiento, uno se acomodó en la barra del bar y el otro en una mesa detrás de ellas, y en un momento dado notaron que ambos habían abandonado el local y que su bolso había desaparecido.

Más tarde, en un control policial los agentes que realizaban labores de prevención y protección de la seguridad ciudadana dieron el alto a un vehículo ocupado por los cuatro individuos que contaban con antecedentes policiales por distintos delitos, la mayoría por hurtos y robos.

En el interior del automóvil los policías hallaron un bolso y objetos como cadenas de oro, pendientes, dinero en efectivo y un teléfono móvil ocultos en distintos lugares del coche.

Tras las primeras pesquisas, los agentes localizaron a una ciudadana inglesa que manifestó que le habían sustraído un bolso en el que, entre otros efectos, llevaba un colgante con un diamante valorado en 12.000 euros, dinero por valor de 2.000 euros y 400 libras esterlinas y un teléfono móvil.

Todos los objetos fueron intervenidos en el coche, excepto el brillante, que había sido arrancado del colgante al que estaba unido. Durante la intervención los agentes observaron que uno de los arrestados se llevó la mano a la boca, gesto que unido al hecho de haber localizado el colgante sin el brillante hicieron pensar a los policías que posiblemente uno de los detenidos se lo había tragado.

Para localizar la piedra preciosa, fueron trasladados a un centro médico donde se les realizaron radiografías que permitieron localizar el diamante en el abdomen de uno de ellos, que reconoció habérselo tragado.