TEtspero que el interés por Extremadura esté por encima de todo y no aumente la tensión de este inicio de legislatura. En nada ha contribuido a rebajarla el discurso institucional del presidente. Llamaba Monago a la colaboración en una intervención nada respetuosa con sus antecesores.

Es incontestable la existencia de déficit y también lo es que somos la segunda comunidad en este ranking, pero eso no significa que los anteriores responsables no hayan hecho cosas buenas por Extremadura como parecía desprenderse de sus palabras.

No me gustó un discurso en el que nuestro presidente desechaba por inservibles las manidas discusiones políticas "que nos han consumido", pero incluía en sus palabras elementos de esa discusión, más propia de la brega diaria que de un mensaje institucional. Desde el lugar que ocupaba, podía ver a los presidentes socialistas que ha tenido Extremadura, Ibarra y Vara . Los observaba espiando sus reacciones a las palabras de Monago. Impasibles. Ni un gesto. Desde el escenario decía el presidente que los de su generación se forjaron en los años de la crisis de los noventa y de su salida gracias a las políticas aplicadas al llegar Aznar al gobierno de España. "Fuimos testigos de la historia" afirmaba.

Yo también he sido testigo de la historia. De aquellos años en los que la autonomía llegó a Extremadura. Pésimas carreteras, pueblos abastecidos por cisternas en los ciclos de sequía porque faltaban infraestructuras. También había paro, problemas de escolarización, alto analfabetismo, electrificación rural deficiente o inexistente, pésima imagen fuera y escasa autoestima dentro. Son algunos ejemplos. Y para todo ello un presupuesto escaso. Se enfrentaron a momentos difíciles, como ahora usted señor presidente. Ellos también fueron valientes. H