"Descubres cada día un paraje nuevo, conoces a gente de todo el mundo con la que vas creando vínculos, haces deporte mientras caminas y pruebas buena gastronomía". Son los ingredientes del mejor best seller que conoce Francisco J. Relloso: el Camino de Santiago. Desde que empezó a recorrerlo por primera vez en 1999 no ha pasado un año que no haya caminado por alguna de sus múltiples rutas; la que discurre por Extremadura, la Vía de la Plata, denominada también camino mozárabe, no podía ser menos. Y es que, es una pasión la que este vizcaíno nacido hace 65 años siente por la ruta santa, está "enganchado", dice. También le apasiona Extremadura, donde ahora está de visita.

Algo de "mágico" deben tener cualesquiera de los senderos que llevan hasta la ciudad de Santiago de Compostela para que Relloso haya hecho ya más de 5.000 kilómetros oficiales --con certificado expedido en la oficina del peregrino-- en esta dirección.

Entre sus recuerdos de meses fuera de casa, paisajes, casas y personas que sigue proyectando en su viva memoria pese al pasar de los años; y entre sus manos, tres libros publicados este año con motivo del Año Santo en los que relata sus experiencias a modo de diario --con fotografías y dibujos propios-- de tres de sus rutas: la Vía de la Plata --que el mismo editó--, el Camino del Norte y el Camino Primitivo, el aragonés y el portugués, que ha visto la luz hace escasos meses. Todos están prologados por figuras de la política en diversas comunidades. El primero lo presenta el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el segundo el lehendakari Patxi López y el tercero José María Gorordo, consejero del Tribunal de Cuentas del Gobierno vasco y exalcalde de Bilbao. Una forma de aunar el conocimiento de los políticos sobre una región y sus experiencias por ellas.

Comenzó a peregrinar por casualidad con su hermano hace una década. A partir de ahí se enganchó y ya no sabe cuando parará ahora que está jubilado y tiene más tiempo libre. "Me tendré que ir adaptando a las circunstancias físicas porque todo el mundo puede hacerlo, pero con seis o ocho rutas alternativas es difícil cansarse", dice este perito industrial.

Como estar en otro mundo

De momento, no se ha cansado y tras recorrer este año parte del Camino Francés, el año próximo hará esta ruta completa que utilizan el 80% de los peregrinos con el objetivo de elaborar su cuarto libro. Además quiere repetir por la Vía de la Plata, del que dice "es el camino más bonito para ir a Santiago de Compostela, el más natural, es como estar en otro mundo; aunque también el más duro por las altas temperaturas y porque hay etapas muy largas sin servicios intermedios". Este lo recorrió en el 2002 y entonces echó de menos más albergues y mejor señalización, pero "ya habrá cambiado", opina. También recuerda que en esta ruta "estás muy solo, eso despierta los sentidos y es una bonita experiencia para encontrarse a uno mismo también". Mientras está en Extremadura planea visitar en Alcuéscar la congregación Esclavos de María y los Pobres, para agradecerles la hospitalidad durante su peregrinaje.

Con más de 5.000 kilómetros a sus pies y a su espalda cargada, valora tranquilo lo que ha aprendido tras cada paso: "Te das cuenta de que hace falta muy poco para vivir, lo llevas todo en la mochila. Un trozo de pan del día anterior y un trago de agua caliente sabe riquísimo en el camino. Te enseña sobre todo a valorar lo que tienes". Decenas de parajes, anécdotas y personas de todo el mundo perviven hoy en su memoria, pero aún hay espacio para continuar escribiendo su mejor best seller .