El piloto del vuelo 1549 de US Airways que ayer acuatizó en las gélidas aguas del río Hudson de Nueva York es celebrado hoy en Estados Unidos como un héroe nacional y los medios ya lo han calificado como El héroe del Hudson.

Chesley B. Sullenberger III, que se encontró con un avión sin capacidad de volar sobre la ciudad de Nueva York, no solo salvó con su formidabla pericia la vida de los 150 pasajeros y los cinco tripulantes, sino que evitó la terrible tragedia que hubiera ocurrido si el avión hubiera caído en una zona tan densamente poblada. Y además, la aeronave no sufrió daños.

Expiloto de cazas de la fuerza aérea

Sullenberger III, Sully, de 57 años, es un expiloto de aviones de caza de la fuerza aérea estadounidense, tiene una consultora de seguridad de transporte y acumula 19.000 horas de vuelo en sus 40 años de carrera, 29 en US Airways, según la biografía de su sitio web. Ha sido instructor y encargado de seguridad de la Asociación de Pilotos de Aerolíneas y ha participado en varias comisiones de investigación de accidentes.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha destacado el heroísmo y el profesionalismo de Sullenberger III, que se ocupó hasta el útimo momento de que todas las personas abandonaran el avión sanas y salvas.

Un trabajo magistral

"El piloto ha hecho un trabajo estupendo", ha dicho Bloomberg, que ha reiterado: "Ha hecho un trabajo magistral al acuatizar en el río y luego asegurarse de que todo el mundo saliera". "Tuve una larga conversación con el piloto. Caminó por el avión dos veces para comprobar que todos los pasajeros estaban fuera. E intentó verificar que no hubiera nadie más a bordo para asegurarnos a nosotros (las autoridades) que no quedaba nadie adentro", ha explicado el alcalde de Nueva York.

"Lo primero y lo más importante es que ha hecho un trabajo fantástico, y que los 155 ocupantes, entre ellos la tripulación y un bebé, están sanos y salvos", ha destacado Bloomberg.

Maniobra alabada por los expertos

El acuatizaje de emergencia que hizo Sullenburger de un avión comercial del tamaño de un Airbus 320 ha sido alabado por los expertos de aviación, ya que logró que la aeronave no sufriera daños, en una operación que en principio entraña mucho más riesgo que una operación similar en tierra.

Los causantes del accidente podrían haber sido un bandada de pájaros, posiblemente gansos, que chocaron con los motores del avión segundos después de que hubiera despegado desde el aeruopuerto de La Guardia, lo que obligó al piloto a pedir a la torre de control autorización para aterrizar inmediatamente.

Las bajas temperaturas que vive estos días la costa este de Estados Unidos, y que en Nueva York se han situado entre -8 y -10 grados centígrados, con nieve y vientos polares, hicieron temer por la vida de los pasajeros, aunque finalmente solo algunos han sido tratados por síntomas de hipotermia. Los doctores que atienden a los heridos han señalado en los diferentes medios de comunicación que se recuperan bien.