Alejandro Hernández, el niño de 3 años extraviado el viernes junto a una casa de colonias de Begues ya está con sus padres. Sano y salvo, pese a haber pasado 17 horas a la intemperie solo, desorientado y sin ropa de abrigo.

Dos motoristas del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil detectaron a las ocho de la mañana al menor y pusieron fin al sufrimiento y a la angustia contenida de sus padres, de la comunidad educativa del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Josep Maria Ciurana de Sant Boi y de los más de 700 voluntarios que se volcaron en su búsqueda. El menor fue dado de alta del hospital a las siete de la tarde de ayer.

Los relojes acababan de marcar las ocho de la mañana cuando el guardia civil José Antonio avistó desde su motocicleta a Alejandro, de pie e inmóvil, en la zona del Puig Moltó, a 1,5 kilómetros desde la masía Can Rigol, el lugar donde había pasado un día de excursión junto a sus compañeros de parvulario. José Antonio se le acercó, en vistas de que el niño no parecía interesado en ser descubierto, le preguntó si quería "montar en moto y hacer de policía".