Cada vez más a menudo, Extremadura produce talentos en las más distintas disciplinas deportistas, chicos a los que no les basta con dominar las competiciones autónomicas en las que participan, sino que además llaman la atención a nivel nacional. Es el caso de Alfredo González, que a sus 14 años acaba de ser llamado para trabajar con la preselección española de categoría infantil de balonmano, con la que entrenará en Soria durante una semana. Antes, habrá pasado por un campus de tecnificación en Navacerrada para el que ha sido escogido por la Asociación de Jugadores. Dos muestras de que se encuentra en la élite de las promesas de su edad.

Cacereño --de la urbanización La Zambomba, en Aguas Vivas--, González es el típico adolescente... o no tan típico. La potencia de su brazo derecho y sus condiciones para jugar en la primera línea --como central o lateral-- le ha llevado a destacar extraordinariamente con su club, el Paideuterion, que es también su colegio. Depositario de la enorme tradición balonmanística del Padu , el chaval lleva cinco años practicando este deporte, al que llegó después de pasar por el judo. Su liderazgo en un equipo que ha proclamado campeón extremeño ha trascendido de lo regional: también llevó a los suyos a un más que digno décimo puesto en el reciente Campeonato de España de Algeciras.

"Me gusta mucho jugar. Creo que puedo mejorar mucho todavía, aunque para hacerlo probablemente me tenga que ir fuera", cuenta. Y es que ese también parece el sino de muchos jóvenes deportistas extremeños: para dedicarse más intensamente a desarrollar sus cualidades acaban fichando por clubs de fuera. Fue, por ejemplo, el caso de José Manuel Calderón en baloncesto, pero hay muchos más.

A Alfredo le encanta Juanín García, el extremo del Barcelona, aunque no juegue en su misma posición. Ve todos los partidos que puede, pero no puede decirse que solo piense en el balonmano: en el curso escolar que acaba de concluir ha obtenido un sobresaliente de media. Y, además del sueño de ser profesional de las pistas, maneja la idea de estudiar Ciencias del Deporte o Magisterio.

Disciplinado al máximo --"en el equipo nosotros mismos nos hemos impuesto multas por llegar tarde, o por suspender"--, estima que a la competición regional le faltan partidos realmente exigentes que permitan adquirir más experiencia y progresar. "Hay mucha diferencia entre los rivales que nos encontramos durante el año y los que tenemos en el campeonato nacional, y no creo que eso sea bueno", dice.

¿Y aparte del deporte y los estudios? "Me gusta mucho estar con los amigos y viajar lo que pueda", cuenta, con la clásica timidez del que es entrevistado por primera vez. Si todo va bien, no será la última.