La obesidad es una de las dos epidemias del siglo XXI (la otra es la depresión), según la Organización Mundial de la Salud. Si bien, en España no es considerada una enfermedad, lo que provoca que no haya una estrategia nacional sobre cómo abordar este problema o que los afectados tengan que costearse de su bolsillo los fármacos que les ayudan a perder peso, entre otras carencias del sistema. Pese a ello, la comunidad médica lleva años debatiendo si conviene o no incluir a la obesidad en el listado oficial de enfermedades. En esta coyuntura, el estudio La obesidad en España y sus consecuencias, elaborado por la Fundación Gaspar Casal en colaboración con la compañía de cuidados Novo Nordisk-, y presentado este jueves en Madrid, considera llegado el momento de reconocer el excesivo sobrepeso una enfermedad en sí misma, como ya hecho la OMS y países como EEUU.

El motivo fundamental es que la prevalencia no para de aumentar. Según la Encuesta Nacional de Salud, la mitad de los españoles padecen sobrepeso (un 37%) y obesidad (17%). En cuanto a los niños, uno de cada diez sufren obesidad. Pero no son datos reales, sino estimaciones a partir de un sondeo. Por ello, según los autores del estudio, reconocer la obesidad como enfermedad contribuiría a sistematizar la recogida de datos, a aprobar una estrategia de respuesta a nivel nacional, a la financiación pública los fármacos (que cuestan unos 280 euros al mes), a reducir la lista de espera para la cirugía bariátrica, que es superior a un año, a crear unidades multidisciplinares que estudien caso por caso y a atender las enfermedades asociadas, como la diabetes o la hipertensión, en los estadios más iniciales.

Asimismo, reconocer la obesidad como enfermedad crónica con severas complicaciones y no como un estilo de vida puede ayudar a reducir el estigma y la discriminación que sufren muchas personas, según Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal, organización sin ánimo de lucro que pretende contribuir a mejorar el sistema sanitario.