El alzhéimer seguirá siendo el tercer problema sanitario de los países ricos, tras los accidentes cardiovasculares y el cáncer. Coincidiendo con el Día Mundial del Alzheimer, diversos expertos, reunidos ayer en un congreso internacional, avanzaron que los primeros tratamientos que frenan esta enfermedad neurodegenerativa progresan en sus ensayos. Sin embargo, no situaron su práctica clínica antes del 2010. Su desarrollo necesita un mínimo de cuatro años, según calculó el neurólogo y codirector del congreso, Jesús Benavides.

Actualmente hay 49 proyectos de investigación en marcha y ocho en fase III de ensayo clínico, pero el horizonte esperanzador más inmediato lo protagonizan los dos primeros fármacos dirigidos a parar el alzhéimer y retrasar su aparición, tramiprosato y R-flurbiprofeno.

Estos fármacos darían un salto cualitativo respecto a los disponibles (inhibidores de la acetilcolinesterasa y memantina), cuya capacidad se limita a hacer más lento el avance del mal y a alargar algo sus fases menos graves. Los expertos les otorgan una eficacia de tres puntos en una escala de 70.

Según el neurólogo de la Clínica Universitaria de Navarra, José Manuel Martínez Lage, hace falta que los ensayos clínicos, en los que participan más de 3.000 personas, confirmen en esta recta final los prometedores resultados. Los primeros síntomas del alzhéimer se inician a partir de los 50 años, cuando en el cerebro empieza a sedimentarse la sustancia amiloide. Los nuevos medicamentos entrarían en acción retrasando la aparición de esta dolencia tras detectarse que el amiloide ha comenzado a acumularse en el cerebro.

EL NUMERO DE PACIENTES Lage recalcó que si un medicamento consiguiera aplazar cinco años la aparición de la enfermedad, el número de pacientes caería a la mitad, y si lo hiciera 10 años, casi desaparecería el problema, porque la gente se moriría antes por otros motivos.

Según Pablo Martínez, neurólogo del Instituto de Salud Carlos III y Jesús Dávila, investigador del Centro de Biología Molecular del CSIC, junto a la búsqueda de tratamientos preventivos, hay en investigación una veintena que persiguen cortar el proceso patológico de la formación de placas seniles y ovillos neurofibrilares, que son las lesiones visibles causadas por el alzhéimer.