Se ha hecho viral. La imagen de Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal, comprando en un supermercado de Cascais como si fuese un ciudadano cualquiera, en bañador y con mascarilla, ha levantado una enorme expectación y un gran reconocimiento. Lo sorprendente esta vez es que el aplauso generalizado no ha venido desde Portugal, donde ya es de sobra conocida su naturalidad y espontaneidad, sino en otros sitios de España y el resto de Europa.

En la imagen difundida se ve al jefe del Estado luso con la cesta de la compra, esperando en la cola de la caja, como un ciudadano más durante el desconfinamiento gradual en el que está actualmente envuelto el país. La instantánea fue captada al parecer el pasad fin de semana.

La popularidad de Marcelo Rebelo de Sousa, el profesor como es llamado, no ha parado de crecer desde qye ganara las elecciones en 2016. La fórmula de su éxito es básica: ser natural, un político de abrazos, hablar con la gente y tratar de poner de acuerdo a todo el mundo. Para los anales del país quedará como su campaña electoral fue la más barata de todas y como su equipo electoral cabía en su propio coche el cual era conducido por su hijo.

Nunca ha habitado el palacio de Belem, sede de la presidencia del país. Prefiere seguir en su casa de toda la vida en Cascais, donde acude a la compra o da paseos por la playa todas las mañanas que puede y tiene ocasión.

No es el único mandatario luso que estos días ha dado muestras de naturalidad. El primer ministro, el socialista Antonio Costa, ha difundido en Twitter fotografías en las que se le ve en una pastelería comprando. Su mansaje en la red copó ayer de titulares buena parte de la prensa nacional y europea: "Si todos nos quedamos parados, sobreviviremos a la enfermedad, pero no a la cura. Es necesario superar estos miedos, con confianza y siempre con precaución", dejó escrito en su perfil personal.