Dicen que las pampas de Jumana y de Nasca, unos 400 kilómetros al sureste de Lima, son una de las zonas más secas del planeta. Gracias a esa aridez, las misteriosas Líneas de Nazca --declaradas por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1994-- se han conservado indelebles a lo largo de los siglos. Hasta el domingo. Las lluvias torrenciales caídas ese día sobre esta región peruana han dañado cinco de las figuras, pertenecientes a culturas preincas y solo visibles desde el aire. Entre ellas están dos de las más conocidas: Las Manos y La Garza . Los desperfectos, apuntan los arqueólogos del Instituto Nacional de Cultura (INC) de Perú, son "reparables y reversibles".

El arqueólogo del INC Mario Olaechea señaló que las intensas lluvias generaron un deslizamiento de barro que alcanzó a las figuras, produciendo una alteración que, sin embargo, es remediable.

Emma Susana Arce, responsable del INC en Ica, donde están los geoglifos, uno de los mayores enigmas arqueológicos en el mundo, viajó el martes a la zona con expertos para realizar un primer informe. Aunque dijo que es pronto para saber cuánto tiempo y dinero costará reparar los daños causados por "uno de los huaicos más graves" registrados en la región, Arce se mostró convencida de que la reparación de las figuras es posible.