Los novios acudieron a la sede del Gobierno acompañados de un día espléndido. Si la temperatura de ayer y el azul de los cielos madrileños se repitiera el próximo 22 de mayo, el príncipe Felipe daría por bien empleadas sus cotidianas preguntas acerca del tiempo que hará el día de su boda.

La novia lucía un nuevo traje de chaqueta amarillo pastel y zapatos muy altos a juego. Debajo, asomaba un ajustado cuerpo estampado. Una pieza con la que debe sentirse muy a gusto, porque era muy similar a la que utilizó el día de la inaguración del Fórum 2004.