El chapapote ha teñido las banderas azules de las playas gallegas y de la cornisa cantábrica. La zonas afectadas por el vertido del Prestige de Galicia, el País Vasco y Cantabria tendrán este año 17 enclaves costeros menos distinguidos por la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEEE), que reconoce el buen estado del agua y la arena y la calidad de sus servicios. La nueva clasificación, hecha pública ayer, supone un descenso del 22% con respecto al 2002.

El presidente de la FEEE, José Ramón Sánchez Moro, explicó que 12 playas no han logrado completar las tareas de limpieza en arenas y rocas y cinco han tenido que ser retiradas al sufrir nuevos aportes de chapapote. Otras no se han atrevido a presentarse.

Sólo en 57 de las 750 playas gallegas ondeará, de momento, la bandera azul. Advirtió de que las elegidas seguirán bajo vigilancia permanente y los distintivos "se arriarán temporalmente si se observa una contaminación por hidrocarburos y definitivamente si vuelven a mancharse".

Sánchez Moro opinó que lo peor ya ha pasado "si no estalla el petrolero", pero avisó de que la subida de las temperaturas puede fundir el chapapote de las rocas y formar una capa en todo el agua.

De las 630 playas candidatas a tener bandera azul en el conjunto de España, sólo la han logrado 420, tres menos que el año pasado. En los 2.000 kilómetros de costa hay 3.000 playas, de las que sólo el 60% tienen análisis de calidad de agua.

Los responsables del organismo que otorga las banderas azules señalaron que el litoral español no sólo tiene el problema del chapapote. "Sigue estando hecho unos zorros a causa de la especulación inmobiliaria, los incumplimientos de la ley de costas, la contaminación ambiental y la falta de infraestructura para depurar las aguas residuales", diagnosticó el presidente de la FEEE.