TLta vida es así de injusta: si mandan tus amigos, te beneficias; si no, ajo y agua. Es criticable, reprochable y lamentable, pero es... Extremadura ha sido marginada por los gobiernos centrales desde hace siglos. Lo nuestro es una supervivencia histórica asentada en cinco cimientos endebles: el paro, las comunicaciones deplorables, la despoblación rural, el subdesarrollo tecnológico y la falta de un tejido industrial.

Es verdad que con Franco se llevó adelante un importante plan de regadíos, pero no se complementó con una mejora en las comunicaciones ni con un desarrollo de la industria transformadora. Nos convertimos en unos magníficos recolectores, pero sin el valor añadido de la distribución y la transformación: seguíamos funcionando con parámetros medievales.

Con la autovía Madrid-Lisboa y la llegada del dinero europeo, se atisbó el desarrollo, pero después, todo se ralentizó de nuevo. Es verdad que el gobierno de Aznar impulsó la autovía de la Plata, pero cuando uno observa cómo en tiempo récord se ha acabado el tramo Benavente-León o la rapidez ejecutora en las autovías asturianas impulsadas por Alvarez Cascos y las gallegas, se llega a la conclusión de que el gobierno de Madrid era más amigo de otras regiones. Pero ganó Zapatero y ha llegado nuestro momento. Reconozco que ésta es una columna cínica, pero así es la política. El sábado vino ZP a Mérida y anunció inversiones para fortalecer nuestros cinco cimientos endebles. Se acabaron las excusas.

*Periodista