La Guardia Civil detuvo ayer a ocho presuntos miembros de una organización mafiosa rusa acusados de blanquear unos 62 millones de euros en Catalunya procedentes del crimen organizado. Para ello, se servían de una sofisticada estructura empresarial que mezclaba métodos legales con ilegales en un organigrama repleto de compañías pantalla y paraísos fiscales dirigidas por testaferros de primer nivel, según la Benemérita.

La llamada operación Usura arrancó en el 2014 y deja un balance de dos presuntos jefes de la mafia rusa arrestados justo cuando acababan de llegar a la costa tarraconense. En total, en esta macrooperación tutelada por el Juzgado número 3 de Reus participaron más de 180 agentes, la Interpol y dos fiscales anticorrupción. Está previsto que todos los detenidos pasen a disposición judicial mañana, si bien se prevé una instrucción muy compleja por sus ramificaciones internacionales.

El grupo desmantelado recuperó un método muy popular en los años 90 entre las mafias asiáticas conocido como raist , una suerte de opa delictiva entre empresas con créditos hipotecarios para justificar cantidades ingentes de dinero. De hecho, los investigadores han hallado más de 120.000 euros en metálico en los casi 20 registros practicados ayer en Reus, Salou, Cambrils y L'Hospitalet del Llobregat.

La banda actuaba con gran solvencia profesional para mantener este entramado del que se han embargado 142 cuentas corrientes y 191 propiedades inmobiliarias. Fuentes próximas al caso relacionan esta banda con los clanes rusos de Tambovskaya y Taganskaya y su función era lavar el dinero procedente del crimen organizado.

Los registros han hallado decenas de escrituras de propiedad de viviendas que habrían adquirido para blanquear el dinero y en muchas de ellas, los investigadores no tenían constancia de que pertenecían a esta banda.

La Guardia Civil también intervino telefónos y dispositivos móviles y abundante documentación de interés policial.