"... Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú me oigas como quiero que me oigan". (Pablo Neruda).

Con estas palabras del poeta y en estos momentos de gran pesar quiero agradeceros todas las muestras de cariño y recuerdo que me habéis mostrado, le habéis mostrado y que no han hecho más que confirmar lo que ya sabía, que el aprecio que le demostrabais era sincero y que su huella y presencia quedará, porque eso no muere, también en vosotros.

Con vuestro ánimo y apoyo, mis hijas y yo, hemos sobrellevado estas horas y nos ayudarán a soportar las que nos queden con el convencimiento de que su vida fue plena e intensa y nos la llenó de felicidad con su humildad, calidad humana y cariño para todos nosotros y cuantos le conocieron.

El vacío que nos dejas se llena con tus obras y reflejo de tu pasión por lo más importante de tu vida junto a tu familia y amigos que fueron tus alumnos, son sus caras diciéndote adiós, a los que envío su beso más cariñoso.

A vosotros amigos, compañeros que compartisteis su vida profesional, su impronta sé que os marcará y solo espero que los ideales que marcaron su trayectoria y sus deseos de mejorar la calidad de nuestra Educación sean una realidad cercana y como él diría, con su pequeña aportación, os sirva de guía.

Estoy segura que se cumplirán tus muchos sueños porque el camino lo has marcado y tus ilusiones no serán baldías porque hemos recogido tu energía y obstinación por llevarlos a cabo y en cada uno de ellos estarás tú.

Todos le habéis despedido sin siglas, ni condición como él os apreciaba y quería a todos, porque nunca estableció límites para amar, dialogar y compartir vuestras inquietudes desde sus profundas convicciones socialistas y esta cercanía me la habéis devuelto sobradamente haciéndome profundamente feliz porque algo que ya sabía, sé ya que todos lo sabéis, que mi marido era un hombre bueno .

Gracias en su nombre.

M. del Puerto Martín Hermoso

(Esposa de Tomás García Verdejo)