Apuñalada con un cuchillo de bosque sólo 10 días después de separarse. Manuela M., de 46 años, murió tras ser atacada por su marido, el martes por la noche, cerca de una parada de autobús en Els Hostalets de Baleña (Barcelona), pueblo de 3.200 habitantes, que ayer despertaron conmocionado por el parricidio.

El suceso se produjo a las 10 de la noche junto al aparcamiento de la discoteca que hay ubicada junto a la antigua carretera N-152, donde el presunto agresor esperó a que su víctima volviera de Tona, donde ella trabajaba en una residencia geriátrica y estudiaba para sacarse el carnet de conducir. El agresor --Antonio L. G., de 49 años y conocido como Pinocho-- atacó a su expareja con un cuchillo de bosque, que le clavó varias veces.

Algunos vecinos que presenciaron el ataque llamaron a la policía local de Baleny y a los Mossos d´Esquadra, que cuando llegaron ya no pudieron hacer nada para salvar la vida de la mujer. Luego, según el jefe de la policía local, procedieron a detener al presunto asesino, pero el hombre se resistió e intentó autolesionarse con la misma arma. Fueron precisas cuatro dotaciones policiales para detenerle, que tuvieron que utilizar la fuerza.

En un primer momento, el agresor fue trasladado al Hospital General de Vic, donde le atendieron de las heridas que se provocó en el tórax y el abdomen con el cuchillo. Una vez recuperado, le llevaron a la comisaría de los Mossos d´Esquadra de Vic, donde ayer por la tarde prestó declaración. Está previsto que hoy pase a disposición judicial en los juzgados de Vic.

Unas vecinas que paseaban por la zona y que oyeron los gritos de una mujer pensaron en un primer momento que se trataba de una violación. Después, vieron al presunto agresor encima de su víctima con un objeto en la mano.

POR TRABAJAR Antonio L.G. y Manuela M. se separaron hace diez días después que su relación se hubiera deteriorado en las últimas semanas y la mujer se fuera a vivir con su madre. Según explicaron sus vecinos, el detonante de la separación fue que el hombre no aceptaba que la víctima hubiera empezado a trabajar en una residencia de ancianos situada en la localidad de Tona.