Un hombre de 38 años, J. M. D. C, asesinó supuestamente a golpes a su padre, de 74 años, el pasado jueves en Maeztu (Alava), en represalia por los malos tratos a los que sometía a la madre. Tras el presunto parricidio, el hijo fue detenido. J. M. D., explicó a la policía que no se arrepentía de haber matado a su padre. "Le he quitado un peso de encima a mi madre", dijo. "Iba a acabar matándonos a todos", añadió.

La madre y el hijo regresaron a Maeztu hace cuatro meses, después de haberse ido años atrás a Soria tras la separación del matrimonio. Pero tras su vuelta, los problemas en la familia se recrudecieron. Según el relato de los vecinos, el marido dejó hace ocho días una nota en su casa avisando de que se iba suicidar. La Ertzaintza logró, tras horas de búsqueda, localizarlo de madrugada metido en un pozo con el agua por la cintura.

Pero la tragedia se desató el jueves. A las tres de la tarde, el hijo avisó a la Ertzaintza porque su padre estaba profiriendo amenazas e insultos a la madre. Personada una patrulla en el domicilio, la policía le imputó al padre un delito de maltrato en el ámbito familiar, aunque no le detuvo porque carecía de antecedentes y no había lesiones, sólo insultos y amenazas.

Sobre las ocho, el hijo le dijo a la madre que se metiera en una habitación. Fue posiblemente entonces cuando golpeó a su padre hasta matarlo. Después, bajó a un restaurante del pueblo, donde, muy nervioso, pidió "lo mejor". Cuando acabó de cenar, entró un ertzaina. El homicida se le acercó y le dijo que quería hablar con él, fueron a su casa y detalló cómo golpeó la cabeza de su padre con las manos hasta matarlo.