Vila-real amaneció ayer con la trágica noticia de la muerte, presuntamente a manos de Vicente Monzonís Ortells, de 51 años, de su esposa, Rosario Sempere Broch, de 52, y del hijo de ambos, Jorge, de tan solo 10. Los hechos ocurrieron poco antes de las nueve de la mañana cuando, al parecer, el supuesto asesino, tras acabar con la vida de su mujer y asfixiar al pequeño se lanzó a la calle desde la terraza de su vivienda, una unifamilar. Se trata de una familia muy conocida en la ciudad y con una larga vinculación al sector azulejero.

Al llegar a la casa, los agentes encontraron el cuerpo sin vida del hombre tendido en la calle y, al acceder al interior de su residencia, hallaron a la esposa, con señales de haber sido acuchillada y golpeada en la cabeza, y al hijo en sus respectivas camas.

A falta de finalizar las investigaciones, los primeros indicios apuntan a que se trata de un crimen motivado por los problemas económicos de la pareja, los cuales, según ha podido saber Mediterráneo , ni siquiera conocían sus más allegados.

Y es que fuentes próximas a la investigación confirmaron a última hora de ayer la existencia de unas cartas escritas presuntamente por el autor del crimen, en las que justificaba su acción por el amor que profesaba a su mujer e hijo y para que no sufrieran las consecuencias de los "insuperables" problemas económicos.

A ello se suma, la inexistencia de denuncia alguna de malos tratos, tanto en el archivo de la Policía Nacional como en los Servicios Sociales municipales. Así lo confirmó el alcalde José Benlloch, quien indicó que los familiares le aseveraron que "estaban muy bien" en este sentido y que, incluso el próximo 1 de noviembre, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, "tenían prevista una comida".

La alarma saltó cuando el hermano del presunto parricida le telefoneó en repetidas ocasiones sin éxito, por lo que decidió desplazarse hasta su casa.