El huracán Irene daba añoche sus últimos coletazos en la cornisa atlántica de EEUU rebajado a la categoría de tormenta tropical. Pese a las presagios catastrofistas de las autoridades y la legión de metoreólogos que han copado estos días los medios del país, su impacto ha sido menor de lo esperado. 15 personas han muerto y varias localidades costeras han quedado inundadas, pero la destrucción de infraestructuras ha sido bastante modesta comparada con los estragos generados por los tornados esta temporada. Washington quedó prácticamente indemne, mientras Nueva York vio cómo se inundaban durante unas horas zonas del bajo Manhattan.

Para buena parte de las 2,3 millones de personas que fueron evacuadas desde Carolina del Norte hasta Nueva Inglaterra, ayer comenzó el regreso. Una peregrinación compleja porque muchos puentes seguían cerrados y varios destinos costeros en Nueva Jersey, Virginia y Maryland evocaban un mundo de calles sumergidas. En Filadelfia, el agua llegó en algunas zonas a la altura de las señales de tráfico, según el USA Today . Si algo ha tenido de extraordinario el Irene es la amplitud de las tormentas que ha dejado a su paso, golpeando con aguaceros un radio de más de 400 kilómetros.

EN KAYAK En el bajo Manhattan la marea irrumpió en Battery, mientras que en Queens, Brooklyn o Staten Island sacaron el kayak para navegar por la vía.

El Irene , que se había alejado ligeramente de la costa tras barrer Virginia, tocó tierra en la capital financiera a primera hora con vientos cercanos a los 95 kilómetros por hora, muy inferiores a esos 170 registrados el sábado en Carolina del Norte. Pero el ciclón pasó por la ciudad más rápido de lo previsto, despejando el temor a una inundación masiva. Los vientos huracanados que arrancaron árboles y tejados en muchos puntos costeros, dejaron los rascacielos intactos. Wall Street reabrirá hoy como de costumbre, según el alcalde Michael Bloomberg. Falta saber si se reanudará hoy mismo el transporte público y reabrirán los cinco aeropuertos cerrados.

Con más de 9.000 vuelos cancelados se espera que pasen dos o tres días hasta que el tráfico aéreo recupere su ritmo normal. Washington abrió los suyos. Situada a casi dos horas de la costa, la capital amaneció con muchas ramas arrancadas y algún árbol caído pero poco más. A mediodía lucía el sol, aunque casi medio millón de personas seguían sin luz en el centro.

Los latigazos de viento tumbaron postes eléctricos en varios estados, dejando a oscuras a más de cuatro millones de personas, uno en el área de Nueva York. Teniendo en cuenta que los tornados que han golpeado este año el país han matado a más de 500 personas, las 15 víctimas ocasionadas hasta ahora por el Irene en seis estados son una cifra relativamente benigna. Entre los muertos hay un surfista, una mujer fallecida de un ataque al corazón, otra afectada por un árbol y dos niños, uno muerto en accidente de tráfico y otro después de que un tronco aplastara el tejado de su casa. La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, aseguró ayer que "lo peor ya ha pasado" pero advirtió de que el ciclón degradado "todavía es peligroso". Las autoridades tienen ahora que evaluar los daños.

Según los modelos del Gobierno federal, se espera que los desperfectos puedan alcanzar los 1.000 millones de dólares (690 millones de euros), pero se tardará calcular el valor real.