La Audiencia de Barcelona ha condenado al Institut Catalán de Salud (ICS) a pagar 20.000 euros a la familia de un paciente que murió de cáncer sin recibir tratamiento paliativo. La sentencia considera que esto supuso un "vía crucis" para el enfermo durante ocho meses.

La justicia estima que hubo una cadena de errores en el diagnóstico. El paciente visitó al médico de cabecera en diez ocasiones entre agosto y diciembre de 1999. Después ingresó en el Hospital de Bellvitge donde fue dado de alta a los 12 días. En marzo del 2000, dos meses antes de su muerte, recibió el primer tratamiento paliativo después de visitar otras dos veces el centro sanitario.

Las pruebas periciales apuntan a varios retrasos en los sucesivos diagnósticos que hicieron al paciente. Para el juez, hubo un "fracaso de la organización y una inadecuada gestión del proceso patológico del paciente".

Con todo, la sentencia matiza que solo hay una falta de daños morales, y que no se puede imputar a la Administración la muerte del paciente ya que era inevitable.