Apenas necesitó dos frases para, emocionado, reconocer la voz de su hijo. Vicente Garrido acudió ayer al juzgado de instrucción número 11 de Madrid para confirmar que el tercer ocupante de la cabina del vuelo JK 5022 de Spanair era su hijo Gabriel, un auxiliar de vuelo, técnico en electrónica, que cuestionó la decisión de los técnicos de mantenimiento de derivar la avería, como les permitía el manual, y limitarse a desconectar un relé que, a su criterio, alteraba la temperatura de la sonda exterior.

"¿Qué es lo que era? ¿Han cambiado el relé?", preguntó. Cuando el copiloto le dice que no se cambiaba, el tercer ocupante se indignó. Fuera lo que fuera, el avión no pudo despegar y 154 personas murieron el 20 de agosto del 2008.