La Iglesia católica belga intenta limpiar su imagen, dañada por la política de ocultamiento durante décadas de los abusos sexuales de menores cometidos por el clero, mediante un plan de acción que evite que personas con pulsiones pedófilas sean ordenadas sacerdotes. El anuncio se produce pocos días después de la presentación ante el Tribunal de Gante, el 16 de septiembre, de una denuncia colectiva de unas 70 víctimas de abusos sexuales contra la jerarquía de la Iglesia en Bélgica y del Vaticano por la política de tolerancia y ocultación de esos abusos.

"La Iglesia debe proteger mejor a los niños", dijo el primado de la Iglesia belga, el arzobispo André Joseph Léonard, en una entrevista en la cadena televisiva flamenca VTM. Los aspirantes a seminaristas, detalló Léonard, serán sometidos a un escrutinio y a un seguimiento psicológico durante su formación.

El perfil de los futuros seminaristas será analizado en detalle antes de su admisión y durante su formación y serán sometidos a un examen previo, precisó Léonard. En el primer año todos los estudiantes del seminario tendrán cuatro sesiones de seguimiento psicológico con un especialista de la Universidad Católica de Lovaina, el profesor de psicología clínica Joseph Corveleyn.

El celibato será una de las cuestiones centrales que abordará Corveleyn durante estas sesiones, explicó el propio profesor en la prensa belga.

"Esos jóvenes salen apenas de la adolescencia y el celibato es una elección difícil", indicó Corveleyn. "Quiero saber si han escogido la vía sacerdotal por miedo a la sexualidad o a la intimidad o tienen otros problemas respecto a la sexualidad", prosiguió el profesor. "Si ese fuera el caso, quiero que sean tratados por psicólogos o que renuncien a la vida sacerdotal", aseguró.

El primado belga anunció también que en breve los obispos harán público un código de conducta para prevenir que puedan producirse nuevos abusos sexuales de menores entre el clero, pero eludió pronunciarse sobre los procesos judiciales en marcha por los casos pasados.