El titular del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, ha citado a declarar como imputados a cinco mandos de los Mossos (dos cabos, dos sargentos y un subinspector) y a un agente por presuntamente haberle ocultado información en una investigación --parte de transcripciones telefónicas que acreditaban que unos individuos bajo sospecha eran narcotraficantes-- y de haber avisado a los sospechosos de que eran investigados. La fiscalía podría recurrir.

El proceso judicial se inició a raíz de una incautación de lo que se suponía que eran 50 kilos de droga realizada el 28 de mayo del 2009 por la Guardia Civil. Los guardias localizaron el alijo en un coche y detuvieron a Juan Miguel Bono, que supuestamente iba a recogerla. Más tarde, se constató que de los 50 kilos, solo uno era cocaína y el resto eran yeso y azúcar. El juez ordenó a la unidad del subinspector Antoni Salleras que investigara el caso. Los agentes pincharon los teléfonos de Bono y de otros dos individuos que, al parecer, estafaron a Bono con esa droga.

Según el juez, en esas escuchas se detectaron conversaciones "de inferior a superior" entre Bono y Manuel Gutiérrez Carbajo, el confidente clave de la investigación que permitió desarticular las redes de corrupción policial y prostitución del Saratoga y del Riviera. El juez tilda de "ineficaz" la investigación de la unidad de Salleras y destaca que "tampoco fue investigada la relación de Bono con Carbajo ". Ante eso, el juez encomendó las pesquisas a las divisiones de asuntos internos de Guardia Civil y Mossos.