Durante años, Ricardo Javier Mendoza Navarro, un peruano de 32 años, dedicó varias horas al día a chatear desde un café de internet de Chiclayo, una ciudad al norte de Lima. Hasta que el pasado 19 de marzo agentes de la Divincri (división de investigación criminal) de la policía peruana le detuvieron después de que el grupo de cibercrimen de la sección de investigaciones tecnológicas (SIT) del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) de Barcelona le identificara como el presunto pedófilo acusado de extorsionar, como mínimo, a dos hermanas de 12 y 16 años y a sus padres, vecinos de Tortosa (Urgell), con imágenes de las menores desnudas. Atemorizados, los progenitores llegaron a pagar 4.700 euros antes de decidirse a denunciar.

Las dos hermanas no fueron las únicas a las que presuntamente extorsionó el internauta. En Catalunya hay, que se sepa, otra menor, amiga de la hermana pequeña, de la que también consiguió imágenes desnudas y, según un portavoz de la policía peruana, el primer análisis de la documentación incautada permite afirmar que el hombre hizo lo mismo con niñas de Italia y Suiza. La policía de Barcelona está a la esperara de recibir un informe de sus colegas peruanos sobre el resultado de las investigaciones en el país latinoamericano. Tampoco descartan los agentes del CNP que existan más víctimas españolas que no se han atrevido a denunciar por temor. A todos ellas va dirigido este correo: barcelona.dtbpolicia.es.

DIFERENTES ALIAS El hombre utilizaba, entre otros, el alias tu-xiko-lindohotmail.com. Con él se coló en la lista de contactos de la hermana mayor. Lo primero que hizo fue advertir a la adolescente de que se había hecho con la contraseña de su cuenta de correo y que utilizaría toda la información que había reunido para perjudicarla si no se desnudaba frente a la cámara web. Las exigencias fueron cada vez mayores y el control sobre la menor se prolongó durante más de un año y medio.

Durante este tiempo, el delincuente, utilizando otro alias, contactó con la hermana menor, de solo 12 años. A ella la amenazó con destruir toda la información del disco duro si no accedía a sus peticiones, con lo que consiguió que también se desnudara. E hizo lo mismo con una amiga de la pequeña. Durante meses coaccionó a las niñas.

Finalmente, la hermana pequeña reveló las coacciones a sus padres. Estos contactaron con el hombre y accedieron a enviarle dinero, hasta casi 5.000 euros, para evitar la difusión de las imágenes. El detenido llegó incluso a reenviar fotografías de una de las hijas a su listado de contactos como medida para presionar a la familia.

Conscientes de que la extorsión nunca tendría fin, los padres contrataron a la empresa de investigación digital Incide. Tras realizar un brillante informe, convencieron a los padres para que fueran a la policía. La familia acudió al grupo de delitos tecnológicos del CNP de Barcelona.

Tras unas complejas pesquisas, hace dos semanas, la Policía Nacional de Barcelona a través de la Brigada de Investigaciones Tecnológicas (BIT) comunicó a sus colegas de Perú, mediante la Interpol, la identidad y el domicilio del pedófilo.