Cerca de 25.000 militares de Japón y EEUU intensificaron ayer la búsqueda de desaparecidos por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, mientras las autoridades comenzaron a reubicar a parte de los 163.000 evacuados que permanecían aún en refugios temporales.

El seísmo de 9 grados Richter y el tsunami posterior dejaron al menos 12.020 muertos, según el último recuento policial, y hay otras 15.512 personas sin localizar pese a los esfuerzos de los equipos de búsqueda, que el viernes lanzaron una gran operación de tres días para peinar las zonas devastadas.

Unos 18.000 efectivos del Ejército japonés y 7.000 soldados de EEUU, con la ayuda de policías, bomberos y guardacostas, redoblaron la búsqueda en el último día del despliegue que, sin embargo, ha dado pocos resultados.

Desde el inicio de la operación, apenas se ha logrado recuperar los cuerpos de 77 desaparecidos en las áreas anegadas por la masa de agua del tsunami, que barrió numerosas localidades costeras de las provincias de Iwate, Miyagi y Fukushima.

En el pueblo de Minamisanriku (Miyagi), de 17.000 habitantes antes de quedar asolado por olas de hasta 10 metros, ayer se llevó a cabo la reubicación de medio millar de los 9.400 evacuados en 45 refugios temporales.

LA MAYORIA, ANCIANOS Los trasladados, la mayoría ancianos, fueron acogidos por otros municipios de Miyagi, y a ellos se sumarán pronto otros 600 en una nueva evacuación colectiva, informó la agencia Kyodo.

Las tareas de reconstrucción avanzan muy lentamente ante las dimensiones de la catástrofe, con daños que el Gobierno cuantifica provisionalmente entre 16 y 25 billones de yenes (133.000 y 208.000 millones de euros).

"Nunca había visto algo así. Está todo destrozado, no hay por dónde empezar", declaraba en Minamisanriku a la cadena NHK uno de los voluntarios desplazados al lugar, y que también asistió en desastres como el terremoto de la provincia china de Shichuan en el 2008 o el de la ciudad japonesa de Kobe en 1995.

Según los datos policiales, hay más de 45.000 edificios totalmente destruidos, mientras que se calcula que unos 168.000 hogares en el noreste continúan sin electricidad y más de 220.000 carecen aún de agua potable.

Solo en la ciudad de Sendai, capital de Miyagi y de un millón de habitantes antes de la tragedia, hay aún más de 68.000 personas evacuadas en 519 refugios, mientras muchos de los que han regresado a sus casas medio derruidas carecen aún de suministro de agua o gas.

Para mejorar las condiciones de los residentes y evacuados, las autoridades han instalado servicios provisionales, como duchas portátiles con bombonas de gas para ofrecer a los residentes agua caliente, indicó NHK.

Las labores de búsqueda y rescate no incluyen el perímetro de exclusión decretado en un radio de 20 kilómetros en torno a la central nuclear de Fukushima, donde ayer los técnicos trataban de contener una filtración de agua radiactiva al mar, detectada el sábado. El agua contaminada se escapa desde una fosa inundada cercana al reactor 2 a través de una grieta, que el sábado se intentó cubrir de hormigón sin éxito, por lo que los técnicos de Tepco, operadora de la central, inyectaron ayer polímero absorbente en polvo para detener la filtración.

El Gobierno advirtió de que, pese a los esfuerzos, los escapes de radiactividad desde la central podrían prolongarse "varios meses" e insistió en que es inevitable que la batalla sea larga.