María Eugenia de la Torre, Jenny, y Artur Robert Schneider han contribuido, sin duda, a elevar la tasa de natalidad de Plasencia y la zona norte porque con apenas 35 años ella y 40 él son padres de siete hijos. Ellos mismos se presentan: "Me llamo Elaine y voy a cumplir 12 años en marzo", dice la mayor, a la que le siguen Richard, con 10, Arthur, con 9, Dani con 7, Alan, con 5, Sharon, con 3 y Christian, que tiene un año y medio.

Artur es polaco y Jenny madrileña y después de vivir en Rusia, Polonia, la República Checa, Madrid y los últimos seis años en Marbella, el verano pasado aterrizaron en una casita --con cuatro habitaciones y dos baños-- en pleno campo en la carretera del Valle. La han comprado con ayuda de los padres de Jenny y desde ella se desplazan a diario a Plasencia para llevar a los seis mayores al colegio de Las Josefinas.

Jenny aclara que "no somos como Ana y los siete, no vivimos con lujos", de hecho ella, que estudió Puericultura, no trabaja y su marido, informático, está ahora en paro, pero para mantener a los pequeños ha llegado a tener tres trabajos: "En Marbella trabajaba de recepcionista en un hotel, de informático y de jardinero", cuenta Artur.

Nada más llegar se inscribieron en la Asociación de Familias Numerosas de Plasencia y el norte (Afanortex) porque, como se queja Jenny, son pocas las ayudas que reciben del Gobierno: "Si trabajo, me dan dinero, pero si no, no. Ahora he solicitado el comedor escolar, pero como no trabajo no me lo conceden, aunque nuestra renta sea baja".

Artur añade que "En ayudas, España está cuatro veces por debajo de la media europea", pero valora la ampliación del permiso de paternidad: "La idea no está mal porque tres días es muy poco, es un mínimo si el parto va bien, ¿y si no?".

¿Cómo hacen entonces para llegar a fin de mes? Confiesan que es la peor parte de ser familia numerosa porque "a veces no llega el dinero, pero lo negativo se convierte en positivo porque haces una selección de lo que debes comprar y aprendes a tener prioridades", comenta Jenny. Es una lección que ya conocen los niños, que logran ahorrar de la paga de un euro que reciben cada domingo: "Con eso y lo que les damos en los cumpleaños se compran hasta la tarjeta para el móvil".

Pero aparte del ahorro, la otra fórmula mágica de la familia Schneider- De la Torre es la organización y los propios niños ponen de ejemplo la rutina diaria: "Nos levantamos a las 07.30 y si queremos ver los dibujos a las ocho tenemos que cumplir una lista de tareas como lavarnos, vestirnos, hacer la cama, guardar el pijama, desayunar y lavar nuestros platos o llevar la mochila a la entrada".

Además, en la cocina tienen sus horarios de tareas porque cada tarde se reparten la limpieza de la casa: "Uno friega el salón, otro los cuartos y el domingo es el día libre", explica Jenny. Pero, además, todos son bilingües, ya hacen sus pinitos en la cocina, leen cada noche y, sobre todo, cuidan unos de otros.

Por eso, Jenny y Artur lo tienen claro: "Merece la pena, es como tener amigos y da gusto verte rodeado cuando vuelves de trabajar. Se desarrolla un sentido de que hay que repartir, de justicia y valoran más las cosas. La alegría que te traen te mantiene joven", aseguran.