A Pepe Morlanes se le quiebra la voz cuando se le pregunta por el momento del terremoto. "Mira", dice, y enseña su antebrazo. "Piel de gallina". Es un hombre joven y fuerte, pero como casi todos los lorquinos ha llorado en algún momento en estos últimos días. "Puede que 5,1 en la escala de Richter no parezca mucho, pero es como la diferencia entre temperatura y sensación térmica. Pues este terremoto fue así. Yo he vivido unos cuantos temblores aquí, pero nunca uno así, terrible".

Hoy ha venido un agente de la compañía de seguros para valorar los daños en su comercio, un negocio llamado Tesoros de la Marca --juegos de rol y parecidos-- en los bajos de un bloque de pisos. "Los clientes se han mostrado muy solidarios. Ahora no podemos entregar nada, pero por internet han hecho muchas compras simbólicas. Porque no sé como irá el negocio ahora; ni idea de cuándo podremos abrir".