Cuando justin.tv inició sus emisiones el año pasado, los analistas trataron de interpretar y anticipar las posibilidades de éxito y la mera razón de ser de esa página de internet, donde cualquiera puede emitir en directo su vida, más allá del valor informativo o sociológico de esa retransmisión, 24 horas al día y siete días por semana. Desde el miércoles, a sus disertaciones se suman las de la policía, los medios y multitud de internautas y ciudadanos anónimos. que tratan de entender el caso de Abraham Biggs un joven de 19 años de Florida que el miércoles se suicidó con una sobredosis de pastillas y fue perdiendo la vida mientras unas 200 personas seguían en directo la retransmisión de su webcam.

Según la reconstrucción de los hechos que ha permitido hacer internet, Biggs, un muchacho negro que utilizaba el apodo CandyJunkie, se sentó ante su ordenador en la madrugada del miércoles. Anunció que había tomado tres tipos de medicamentos, incluyendo opiáceos, y colgó una nota de suicidio en una página de culturismo en la que se insultaba a si mismo, hablaba de que estaba enamorado y no se consideraba "suficientemente bueno para ella". se disculpaba por el daño que había hecho a otros y escribía frases como "odio vivir". Luego se tumbó en la cama, de espaldas a la cámara, que 12 horas más tarde registró la llegada de la policía al cuarto.

LA POLICIA NO RESPONDE Ayer fue imposible confirmar con la policía de Pembroke Pines --localidad donde vivía-- más información. Pero, según la reconstrucción, posible gracias a capturas de la red y a webs que ayer aún mantenían colgado el vídeo, hubo internautas que alentaron a Biggs --que ya había amenazado antes públicamente con suicidarse-- con mensajes como "hazlo, hazlo". Otros, preocupados por lo que veían, avisaron a la policía, que según el Miami Herald tardó 28 minutos desde el primer aviso en presentarse en la casa.