El diestro pacense Juan Mora cortó dos orejas, una a cada toro de su lote, gracias a dos importantes faenas, y salió a hombros del festejo nocturno celebrado la noche del sábado en Benidorm, en el que Antonio Pérez El Renco paseó un trofeo y Julio Benítez El Cordobés, hijo se fue de vacío por el mal uso de la espada.

Se lidiaron toros de Gregorio Garzón Valdenebro, desiguales de presentación, aunque nobles y manejables en conjunto.

El extremeño, que cumplía su segundo festejo de la temporada tras su reaparición en la localidad jienense de Santisteban del Puerto, donde cortó las dos orejas a un toro de Luis Albarrán gracias a una magistral faena, se mostró en Benidorm como un torero muy recuperado y lleno de facultades de cara a una campaña que puede ser la de su resurgir, tras varios años desligado del circuito de las grandes ferias.

Mora cuajó dos entonadas faenas con el temple y el buen gusto como principales baluartes. El veterano diestro de Plasencia hizo alarde de maestría y sobrada técnica tanto en el toreo de capa como de muleta, y dejó patente el buen concepto que atesora y que tanto triunfos le dio en el pasado.