Se puede ser pobre y no tener más techo que el de un cajero, pero no por ello se dedica uno necesariamente a pegarse con bandas rivales, a consumir calimocho como si estuviera de botellón ni a liarse a mamporros con todo el que pasa, ni tampoco destina sus ahorros a pagar por cursos de lucha. Eso es lo que defienden varias oenegés que trabajan con personas sin hogar y que han criticado el planteamiento de Mendigogame, un juego de rol on line que acaba de llegar a España después de triunfar en Alemania y que en pocas semanas ha captado a 25.000 usuarios, según sus responsables.ENTORNO SIMULADO / Mendigogame no es un videojuego al uso, en el que el jugador tiene un álter ego virtual que se mueve en un entorno que simula la realidad. Es «cine mental, porque todo lo tiene que imaginar el usuario», según Janina Vernal, portavoz de Farbflut, la empresa alemana que ha creado el producto. Es una manera de explicar el paupérrimo diseño del juego.