Pese a perder algo de peso en las últimas semanas, el niño sigue prefiriendo la comida precocinada y las patatas fritas a las frutas y verduras y "se niega a comer fruta, verdura y ensaladas. Come platos precocinados. Cuando se niega a comer nada más, tengo que darle lo que le gusta. No puedo matarlo de hambre", decía su madre, Nicola McKeown, en una entrevista con la cadena británica BBC.

La mujer, de 35 años, madre soltera de dos niños y con problemas de depresión, se queja de que hasta ahora no ha logrado mucha ayuda ni del colegio ni del médico de familia.