El programa informático AlphaGo de Google ha aplastado al mejor jugador del mundo de go, el surcoreano Lee Se-dol, de 32 años, en el duelo al mejor de cinco partidas. La máquina ha ganado este sábado el tercer juego, de modo que se ha impuesto al hombre por un inapelable 3 a 0. El go, un juego de tablero milenario, originario de China, iguala e incluso supera al ajedrez en la complejidad de las variantes.

"No sé qué decir, pero creo que debo pedir perdón", ha declarado un abatido Lee tras la tercera y definitiva derrota, como si se sintiera responsable de haber fallado a la humanidad. No obstante, el campeón humano intentará recuperar algo de su maltrecho honor en las ya intrascendentes cuarta y quinta partidas, que se disputarán el domingo y el martes próximos en Seúl.

"Pido disculpas por no haber estado a la altura de lo que mucha gente esperaba de mí", ha proseguido Lee. "Me he sentido hasta cierto punto impotente". El jugador ha admitido que había infravalorado las capacidades del programa y ha alegado que pese a su gran experiencia "jamás había estado sometido a tanta presión". "He sido incapaz de soportarla", ha dicho.

UN MILLÓN DE DÓLARES

El go se juega sobre un tablero de 19x19 casillas en cuyas intersecciones los jugadores van colocando piezas (piedras blancas y negras, similares a las damas) con el objetivo de acorralar a las rivales y ganar espacio. Aparentemente es muy sencillo -las piezas son todas iguales y no se mueven una vez puestas, salvo cuando son eliminadas-, pero la estrategia que hay detrás no lo es en absoluto. De hecho, a diferencia de lo que sucede con los mejores programas de ajedrez, que a encuentros a varias partidas derrotarían invariablemente a todos los grandes maestros actuales, como ya sucedió en 1997 con Deep Blue y Kasparov, en el go eso aún no había sucedido. Google se ha llevado un millón de dólares por la victoria en el torneo, que donará a Unicef.

Debido a la enorme variedad de posibilidades que existen desde el primer movimiento, las computadoras que juegan al go no tienen suficiente capacidad de cálculo para prever una sucesión larga de jugadas, un 'handicap' insalvable si se tiene en cuenta que en el go las partidas superan a menudo los 100 movimientos (de hecho, en un juego puede haber más variantes que átomos en el universo). Así que, como sucede en el ajedrez, los programadores tienen que incorporar al 'software' conceptos como espacio, disposición armónica de las piezas y agrupación, además de una base teórica con partidas jugadas con anterioridad y una capacidad para aprender de los errores con la experiencia. Quizá es un poco pretencioso, pero en líneas generales son conceptos de inteligencia artificial.