Los médicos de los ocho hospitales del Instituto Catalán de la Salud (ICS) no quieren ser testigos silenciosos de las consecuencias del recorte presupuestario que la Generalitat está aplicando en sus centros, y así lo expusieron ayer públicamente. "El aumento que observamos en las listas de espera quirúrgica de enfermedades inaplazables nos obliga a salir en defensa de nuestros pacientes", dijeron ayer en un comunicado suscrito por sus órganos de gobierno profesional. Los facultativos cuestionaron las cifras de enfermos en espera quirúrgica difundidas por la Consejería de Salud el lunes. "Son listas maquilladas, de las que han desaparecido montones de pacientes que deben estar en algún sitio --dijo Teresa Fuentelsaz, del Hospital de Bellvitge--. No sabemos con qué criterios las han elaborado, eso lo tendrá que explicar el consejero Boi Ruiz". Dichas listas aluden a las 70.000 personas que, indicó Salud, esperaban quirófano el pasado junio. El Gobierno catalán alegó ayer que aún no dispone de la cifra de demoras acumuladas desde ese mes. Sus listas, por tanto, apenas reflejan los efectos del recorte.

"Los quirófanos dejaron de funcionar por las tardes en el mes de abril y desde entonces se opera un 50% menos --indicó Rosa Boyé, de Vall d'Hebron--. En la mayoría de los hospitales solo están interviniendo cánceres, accidentados y urgencias". Así sucede en el área pediátrica de Vall d'Hebron, aseguró Boyé, donde están pendientes de ser operados niños que sufren orquitis, una inflamación testicular cuya persistencia puede causar esterilidad. "Algunos niños esperan hace más de dos años, y así seguirán, porque esa operación se dejó de hacer en abril", añadió.