TDticen que Lewis Hamilton ha contratado los servicios del famoso mentalista Uri Geller para que le ayude a ganar el mundial de Fórmula 1. Geller asegura que le está transmitiendo al piloto la necesidad de ser positivo e intenta convencerle de que todo lo que se visualiza mentalmente termina haciéndose realidad, ya sea doblar una cuchara, ganar un mundial o conseguir un título de médico. Esa facilidad que tienen algunos mentalistas para materializar deseos (principalmente los suyos) tiene su cosa, pero su cosa triste. En el siglo X antes de Cristo la momia de Ramsés fue depositada junto a otras momias reales a fin de ocultarla de los saqueadores, pero los ladrones consiguieron acceder al mausoleo y los restos del faraón desaparecieron para siempre. Ya en el siglo XIX, la familia Abd el Rassul vendió once momias anónimas al marchante Mustafá Agha Ayat , que terminó revendiendo una de ellas al Museo de Arte de las Cataratas del Niágara. En 1999 el museo cerró y la momia fue adquirida por el Museo Michael Carlos de Atlanta que la puso en manos de un tal Peter Lacovara , un egiptólogo que visualizó mentalmente que aquellos restos podrían ser los de Ramsés I , a pesar de que todos los expertos sostenían que lo más probable es que fuera Horemheb o cualquier otro faraón. Pero Lacovara se puso tan cabezón que consiguió que en 2003, sin que se tuviera la certeza de qué personaje se escondía tras los vendajes, la momia fuera devuelta a Egipto bajo el título de Ramsés I, siendo recibida con honores de jefe de Estado. Total, que al final las cosas terminan siendo como uno se empeña que sean. Se empieza doblando cucharas y se termina leyendo electros al revés y esperando que los demás se lo crean. O lo materialicen mentalmente. Tiene cojones.