Un auto del juez Baltasar Garzón, que trató de abrir una causa para investigar los crímenes cometidos durante el franquismo, sitúa el origen de este mercado negro. Desde finales de los años 30 hasta 1977 más de 30.000 niños fueron secuestrados de forma sistemática, según el auto. El objetivo, en el que la Acción Social de la Falange y la Iglesia jugaron un papel importante, era limpiar "la raza" del marxismo a una edad temprana. Los niños robados acababan en brazos de parejas adeptas al régimen que deseaban tener hijos y no podían. Pero, según algunos investigadores y la asociación Anadir, el negocio de los bebés robados continuó hasta 1987.