TLtas antiguas cajas socias de CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorros) que hoy operan ya como bancos, han obtenido en el primer semestre del año un beneficio de 2.865 millones de euros, tras perder 8.241 millones de euros en 2012 como consecuencia de las dotaciones requeridas por el supervisor tras los sucesivos decretos de Guindos, la auditoría de Oliver Wyman y el llamado Memorando de Entendimiento (MoU) o rescate bancario. Enhorabuena.

Era de esperar. El necesario saneamiento se ha logrado a costa de provocar muchas pérdidas a las propias entidades y a terceros, después de la multimillonaria cartera de tóxicos inmobiliarios cedidos al banco malo (SAREB), de las desinversiones, de las inyecciones del FROB, del forzado canje de híbridos (subordinadas y preferentes), y del terrible ajuste de plantillas (24%) y cierre de oficinas (28%) con vistas a cumplir los compromisos adquiridos.

Tras varios años en los que las cajas no efectuaron dotaciones ni provisiones en sus activos tóxicos, la autoridad monetaria europea, que no la española, tras la quiebra de Bankia decidió que había llegado la hora de poner orden en las mismas, previa petición de rescate del Gobierno, lo que ha permitido que en 2013 todas las entidades presenten números negros en sus cuentas de resultados.

La obtención de beneficios es un síntoma de salud financiera, pero además del saneamiento, la reducción de plantillas y el cierre de centros, han permitido a las entidades mejorar las principales ratios de los balances.

Pero en la mayor parte de las entidades, además de la extinción de más de 40.000 puestos de trabajo, se han aplicado medidas laborales de ajuste muy fuertes para los trabajadores que aún permanecen en plantilla apelando a la figura de los ERE o ERTE, hoy día muy favorables a las empresas tras la reforma laboral.

XLAS PLANTILLASx de las cajas-bancos son hoy por hoy muy baratas presentando unos costes salariales medios inimaginables hace dos o tres años, como consecuencia de los ajustes y del cambio de condiciones laborales. Además, las entidades han usado como palancas de mejora el incremento de capital, el control y la bajada de la morosidad, y la reducción de los costes de explotación.

Como consecuencia de ello, las principales ratios de capital, costes de personal, costes salariales medios, eficiencia, rentabilidad, competitividad, morosidad, etcétera, han mejorado notablemente. Como ejemplo y utilizando datos facilitados a la CNMV por Liberbank, entidad a la que pertenezco, a 30 de junio pasado ésta presenta las siguientes ratios: el core capital se sitúa en el 9,43% (el mínimo es el 9%); la morosidad es tres puntos inferior a la media; la eficiencia se sitúa por debajo del 50%, que es una ratio óptima; el coste medio de la plantilla hoy por hoy es un 39% inferior a la media del sector siendo la plantilla más barata; el negocio medio gestionado por empleado está en la media del sector; la productividad por empleado (costos laborales & negocio gestionado) es también la mejor del sector. Todo ello otorga a Liberbank la condición de ser una de los bancos más rentables, eficientes y productivos de España de entre los de su tamaño.

Pero todo ello casa francamente mal, si consideramos que la plantilla de Liberbank está sometida durante cuatro años a un plan de ajuste salarial sin parangón en el sector, que entiendo es preciso superar por el bien de todos: empresa, trabajadores y clientes.