Un total de 17 personas, entre ellas 14 niños, murieron en la madrugada de ayer en el incendio de un viejo edificio del centro de París habitado por inmigrantes africanos. El dramático siniestro reaviva el problema del alojamiento en la capital francesa de los extranjeros en situación precaria pero con papeles en regla. Hace cuatro meses, una tragedia similar en una pensión de inmigrantes causó la muerte a 24 personas.

Además de los 14 niños, entre los muertos había también una mujer embarazada y 23 heridos. Una madre perdió a cuatro de sus seis hijos. El siniestro "enluta a toda Francia", dijo el presidente, Jacques Chirac.

Junto al dolor, estalló la polémica. Las asociaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes, así como los partidos de izquierda pidieron ya al Gobierno que "saque rápidamente las conclusiones" de este nuevo drama y revise su política social.

EL EDIFICIO En el inmueble de siete plantas, la última de ellas tapiada, vivían unas 130 personas que habían sido instaladas allí por asociaciones benéficas a la espera de una vivienda en buenas condiciones. En los vetustos y pequeños apartamentos por los que pagaban un alquiler de 250 euros al mes se hacinaban familias enteras. Los inquilinos habían denunciado fisuras y la presencia de ratas. Anteriormente, habían habido cinco conatos de incendio.

Uno de los responsables de la organización caritativa Emaus, que administraba la finca, informó de que hace unos años se reparó la estructura del edificio, pero que era necesario hacer obras en profundidad y que para ello se debía desalojar a una parte de las familias. "Nadie quiso realojar" a los ocupantes y "los poderes públicos nos respondieron que había escasez de viviendas", explicó.

ESCALERA DE MADERA Las causas del incendio, que se declaró poco después de la medianoche, no se han determinado. El fuego se inició en el hueco de la escalera, de madera, a la altura de la planta baja, y se extendió rápidamente a los pisos superiores. Las llamas no pudieron ser controladas hasta dos horas más tarde por los 210 bomberos que participaron en la extinción.

Los vecinos asistieron a un espectáculo dantesco. "El fuego se propagó por la escalera y se ensañó con los habitantes de los tres últimos pisos, que quedaron atrapados como ratas" en una trampa infernal, explicó un portavoz de los bomberos.