El juez que investiga el asesinato de tres ancianas en un geriátrico de Olot ordenó que el lunes se desenterraran los cuerpos de ocho residentes que habían fallecido este año por las dudas que le planteó el forense sobre las causas de su muerte. En el auto en el que ordenó llevar a cabo las exhumaciones, el juez expone que encargó un estudio de la información clínica de los fallecidos para ver si había "indicios de irregularidad" en la documentación y "sospechas de criminalidad" en las muertes, con el fin de determinar "los casos de fallecimiento que médicamente no podían explicarse con motivo de una muerte natural".

Tras el estudio, el forense comunicó que había ocho ancianos fallecidos entre febrero y septiembre cuya muerte "no puede explicarse como natural dados los motivos del fallecimiento aducido y la forma rápida del desenlace".