La foto de una madre gitana realizada en 1984 fue el origen de la exposición que ayer inauguró la reportera gráfica Queca Campillo en la sala de exposiciones de la Diputación de Badajoz bajo el título Mujeres en plural , organizada por la Obra Social de Caja Extremadura.

La fotógrafa cacereña acudió a un barrio marginal de Madrid para hacer un reportaje sobre una mujer gitana con ocho hijos a la que habían denunciado porque ataba a uno de ellos, discapacitado, mientras llevaba a los otros al colegio. "Me encontré con esa escena y pensé: cómo va a ser que esa mujer deje a su hijo atado por maldad y no por necesidad. La juzgaron y yo aporté esa foto, el abogado preguntó al juez ¿cree que con estas caras con la que miran a su madre esos niños pueden ser maltratados?. La ayudaron".

Desde ese momento, Queca Campillo decidió sacar de todos sus trabajos una foto de mujer, pero sobre todo "su lado positivo", por ello en esta muestra hay mujeres de distintos países, de distinta condición social, con distintos cargos y cargas, "una gran pluralidad de mujeres bellas en cualquiera de sus situaciones, aunque sean jóvenes y mayores, aunque sean humildes o tengan glamour".

Así aparecen retratadas junto a otras mujeres iraquíes o tibetanas, la reina Sofía, la Duquesa de Alba, o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. De todas ellas hay una imagen amable, "la única un poco triste que hay es la de María Basilia Sailem, la madre del asesinado en el atentado de la T4".

Detrás de cada foto hay una anécdota y una vivencia que la fotógrafa recuerda de sus más de 30 años dedicada a captar con su cámara miles de imágenes, hace diez años contabilizó 15.000, con las que ha conseguido numerosos premios, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo, en 1980.

Pese a los años, Queca Campillo mantiene la ilusión por su profesión intacta, cree que le queda todo por fotografiar, "las fotos te las puedes encontrar en cualquier sitio". En este sentido recuerda que recientemente fue a un restaurante a hacer un trabajo sobre unos platos típicos de Navidad "y allí me encontré una foto supergraciosa".

A lo largo de su trayectoria ha tenido que lidiar con la manipulación, "la gente intenta manipular tu trabajo y tu vida", pero sostiene que "nadie nos puede manipular, los fotógrafos somos lo que somos, luego ellos elegirán la foto que sea, pero los fotógrafos somos los que de verdad vivimos las cosas".

La era digital no le ha causado ningún problema, "con la cámara digital hemos ganado en rapidez y en calidad, pero hemos perdido en el derecho de autor. Una vez que haces la foto uno no es dueño de ella". Actualmente, Queca Campillo trabaja para la revista Tiempo.

La exposición permanecerá expuesta hasta el 16 de enero.