La colonia de murciélagos que cada atardecer pinta acrobacias sobre el cielo del Real Monasterio de Yuste buscando el suculento manjar que a esa hora les ofrecen los insectos que pululan por el aire aprovechando las últimas luces del día, tendrá a partir de ahora un protagonismo especial, debido al proyecto de reubicación, pionero en Europa, que han llevado a cabo de forma coordinada, Patrimonio Nacional y la Junta de Extremadura.

Los quirópteros del cenobio verato, que constituyen la población más numerosa de cuantas habitan en el Viejo Continente , está formada por tres mil quinientos individuos, de los que dos mil ochocientos pertenecen a la especie denominada Herradura del Mediterráneo , "que se encuentra en peligro de extinción", según indicaron ayer durante la presentación de las obras que han sido realizadas para reubicar a la citada cabaña de murciélagos el delegado de Patrimonio Nacional en el cenobio verato, Francisco Javier Pizarro, y el director general del Medio Natural, Guillermo Crespo.

En breve, los quirópteros descendientes directos de los que contemplara el Emperador Carlos V durante su estancia en Yuste, podrán ser observados por turistas y estudiosos, sin que sean molestados, a través de una serie de cámaras que van a ser instaladas en las galerías de una mina de agua, donde pasarán el periodo de hibernación, y en otros inmuebles utilizados posiblemente con anterioridad como cobertizos, casas de aperos o habitáculo de criados y pastores, donde vivirán principalmente durante la época de cría.

Este singular proyecto, dotado con 1,5 millones de euros, pagados con fondos europeos del programa Life, permitirá a los murciélagos "vivir mejor" que lo han venido haciendo hasta ahora en el espacio que ocuparon las cocinas donde eran preparadas las numerosas y exquisitas viandas que cada día degustaba el emperador de los Austrias.

La antigua mina, emplazada en la ladera de un promontorio del terreno, a poco más de cien metros del conjunto monumental de Yuste, cuenta con diferentes galerias construidas a distintos niveles y alturas que permitirán a los nuevos inquilinos elegir el grado de humedad y temperatura más adecuados, según las diferentes especies, ya que de las veintiséis registradas en Extremadura, dieciséis viven en el monasterio jerónimo.

Si en la faceta ecológica el desarrollo del proyecto de reubicación de los quirópteros parece adelantar que va a constituir todo un éxito, como lo indica el hecho de que ya hay cincuenta y cuatro individuos viviendo en la mina de agua, en el aspecto arquitectónico dejará vía libre a la construcción de la Casa Real, la sede de la Fundación Academia Europea de Yuste, nuevos aparcamientos, una cafetería y las dependencias de los monjes.