Corría el año 1877 cuando el norteamericano Tomas Alba Edison construyó y patentó por primera vez un medio para poder grabar el sonido o la voz y luego reproducirlo a voluntad. Lo llamó fonógrafo. 12 meses después, en 1888, un ciudadano alemán llamado Emilio Berliner creaba otra máquina parlante que también grababa y reproducía el sonido, pero con la diferencia de que no utilizaba un cilindro de cera como la de Edison, sino un disco plano de pizarra. La bautizó como gramófono. Estas dos máquinas, durante años competidoras en el mercado y reservadas solo a aquellos con un poder adquisitivo alto, supusieron una auténtica revolución social: fueron los auténticos Mp4 del siglo XIX. Ahora, una exposición que acoge la Asamblea de Extremadura muestra que música, canto y palabra conservan hoy todavía esos dos pioneros métodos de grabación y que un siglo después de su nacimiento, bastan unas gotas de aceite lubricante y mucho entendimiento para que suenen tal cual lo hacían entonces.

El fonógrafo y el gramófono, pioneros para percibir la música , podrá vistiarse en el Patio Noble de la Cámara hasta el 30 de noviembre, dentro de los actos del XXXVIII Festival Flamenco de Cáceres. Se trata de una colección de 30 máquinas de música fabricadas en el siglo XX. Un 'Gramófono Pathéphone Reflex' de 1925 o el 'Fonógrafo Edison Standard' de 1905, buque insignia de la factoría de fonógrafos Edison, son algunas de las piezas que incluye. Reliquias al alcance entonces de muy pocos bolsillos que hoy pertenecen a la Peña de Amigos del Flamenco de Extremadura. "Parece mentira que en ciento y pico de años hayamos evolucionado tanto", señaló ayer su presidente, Federico Vázquez, en el acto de inauguración de la muestra, que contó con la presencia del presidente de la Asamblea, Fernando Manzano, y numerosos diputados de los tres grupos parlamentarios.

Según explicó Vázquez, las 30 piezas que componen la muestra proceden de varias partes del mundo y todas ellas funcionan todavía. Además de los fonógrafos y gramófonos de diversos tamaños --incluso de viaje-- los visitantes trambién podrán conocer los cilindros de cera que reproducían el sonido en los fonógrafos, que también se utilizaban en la ópera; los discos de pizarra que se insertaban en los gramófonos, una reproducción de juguete e incluso anuncios publicitarios en los que se daba al cliente la posibilidad de grabar su voz en un disco para que la escuchara después donde quisiera. "Estos aparatos fueron una auténtica revolución", señala Vázquez, que delante de todos los asistentes puso a funcionar el Edison Standard 1905, cuyo sonido, de escasa potencia comparado con los aparatos de hoy en día, fue capaz de conquistar a todos los asistentes a la inauguración de la muestra.