Con este fin de año marcado por los despidos de SEAT y el mccarthismo de la ley antitabaco, la Navidad nos ha pillado sin demasiado espíritu de polvorón. Como si la paz y el amor no estuvieran ya en número rojos, va Victoria Beckham y provoca una crisis diplomática al llamar "pedazo de mierda" a Ana Obregón. Igual el PP pide una restitución y exige a Moratinos que llame a consultas al embajador británico: se empieza siendo tibio con Marruecos y se acaba permitiendo el escarnio público de la sex-symbol nacional.

Aunque Obregón demandará a la exspice, la cosa se ha tomado a guasa. En el Reino Unido, en cambio, hay mayor sentido de Estado. Victoria insulta a la española porque dice que quiso ligarse a su marido, y la prensa británica cierra filas llamando a la bióloga "barbie de geriátrico".

Pero no todo son malos rollos. Con sonrisa y dentadura apta para el turrón de Alicante, David Bisbal y su nueva novia, Elena Tablada, han llegado esta semana a Madrid. Para presentar la chica al país, el cantante eligió el lugar con olfato de asesor de prensa, que estos días deben de recomendar a sus famosos que vayan a cuanto acto les huela a Domund o a asamblea de ONG. En este caso, el bolo era la muestra de fotos de Alejandro Sanz, que impulsará un centro infantil en Guatemala. Nos quedaremos con el júbilo de Ana Escribano, novia de Carlos Larrañaga. En el estreno de la obra que protagonizan, El hombre de Central Park , ella, de 31 años, dijo que será su última mujer. Y él, de 68, anunció que se casarán en París "para evitar los circos".

BAUTIZO EN ENERO Al final se impuso la tradición, y los reyes, Juan Carlos y Sofía, serán los padrinos de la infanta Leonor, que será bautizada el 14 de enero en el palacio de la Zarzuela, informaron fuentes de la Casa del Rey. En la familia real española los Reyes suelen apadrinar al futuro heredero de la Corona. En este caso, la "lógica de los tiempos" --como dijo el príncipe Felipe-- apunta a que ese rango recaerá en la infanta Leonor, hecho que se consumará cuando se lleve a cabo la reforma constitucional para que los varones dejen de primar en el acceso a la Corona. De momento --y a falta de la existencia de descendientes varones--, la niña ocupa el segundo puesto.