Una niña de 5 años dio a conocer ayer la trágica muerte de su madre, Montserrat Martín, de 44 años, en la localidad catalana de Reus. A primera hora de la mañana, la niña se dirigió al colegio Pi del Burgar, donde está escolarizada, y explicó a los profesores lo que había ocurrido en su casa. Poco después, los Mossos d´Esquadra descubrieron el cadáver de Montserrat Martín, con golpes y heridas por apuñalamiento. Todo apunta a que se trata de un nuevo crimen de violencia machista, ya que la policía ha informado de que busca al compañero de la víctima y padre de la niña como principal sospechoso.

Con esta muerte y con otro crimen acaecido también ayer en Valencia, son ya cinco las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de mes y 13 desde que empezó el 2011, prácticamente el doble que las siete víctimas que se habían producido el año pasado en estas mismas fechas.

Los Mossos encontraron el cadáver de la víctima de Reus tumbado en el suelo de la vivienda, un piso del número 38 de la calle de Dom Bosco. Presentaba heridas de arma blanca y evidentes signos de haber sido golpeada. La investigación se ha centrado en la búsqueda de su compañero, un ciudadano de origen suramericano y de 35 años, que se encuentra en paradero desconocido.

El presunto autor del crimen tenía una orden de alejamiento de la víctima desde el 2006, y el año pasado había sido detenido por quebrantarla. Algunos vecinos aseguraron ayer que era habitual verle por el vecindario y entrar en la vivienda de la calle de Dom Bosco.

En Valencia, una mujer boliviana de 32 años murió apuñalada por su compañero sentimental, de 73 años y de nacionalidad uruguaya. Según varios testigos, alrededor de las 10 de la mañana el hombre bajó de su domicilio a la calle y dijo que había matado a su mujer, momento en el que los vecinos avisaron a la Policía Nacional.

El agresor se entregó a una patrulla sin oponer resistencia y está detenido a la espera de pasar a disposición judicial, algo que previsiblemente ocurrirá el viernes.

Al parecer, la pareja discutía con frecuencia y el hombre solía abusar de la bebida, pero no consta que la víctima lo hubiese denunciado o que existiese orden de alejamiento contra él.