Que los más de 400.000 católicos de Phoenix (EEUU) vuelvan a tener fe en su obispo, Thomas O´Brien, sería un milagro. El lunes, la policía detuvo al prelado por darse a la fuga el sábado tras estar implicado en el atropello mortal de Jim Reed, de 43 años. El escándalo volvió así a salpicar a O´Brien, de 67 años, que el 2 de junio alcanzó un acuerdo con los fiscales estatales en el que reconoció que en su 22 años al frente de la diócesis había encubierto casos de pederastia.

Su implicación en el accidente del sábado --en el que participó otro vehículo no localizado-- está fuera de toda duda. Un testigo le siguió y anotó su matrícula y el mismo prelado confesó que pasó por la zona del accidente cuando volvía de oficiar una misa.