La Conferencia Episcopal Española (CEE) lanzó ayer una orientación pastoral extremadamente dura contra el Gobierno y los diputados que tramitan las leyes de reproducción asistida e investigación biomédica.

"No se puede curar matando, porque va contra los principios generales de la medicina y de la ética. El fin no justifica los medios", proclamó ayer el portavoz del episcopado, Juan Antonio Martínez Camino, como réplica a los recientes argumentos empleados por el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que afirmó que estas iniciativas legislativas tratan de poner al servicio de la salud los avances científicos.

Zapatero defendió que "nada puede ser más moral que preservar la salud, curar la enfermedad, evitar el sufrimiento y el dolor". Para Martínez Camino, sin embargo, aliviar el sufrimiento de los seres humanos "es un imperativo, pero hay que hacerlo con medios humanos".

HIJOS A LA CARTA En el texto se afirma que "estamos a punto de lograr los hijos a la carta, los hijos que nacerán no de la unión de un hombre y una mujer, sino de las manos de técnicos de laboratorio". La CEE califica estas leyes de inmorales, sostiene que "cuando se producen seres humanos en el laboratorio se comete una injusticia con ellos porque se les trata como si fueran cosas" y asegura que los embriones humanos reciben una tutela legal menor que los de algunas especies animales.

Para Martínez Camino, al embrión se le considera como un "mero material biológico o agregado de células sin dignidad humana" y se permite la unión de células germinales con las de animales, es decir, la creación de las llamadas quimeras. "Asistimos a una sociedad éticamente enferma, que porta los gérmenes de su destrucción", advierte el texto.

La Iglesia cree que la ley de investigación biomédica, al permitir expresamente la clonación terapéutica, "da un paso definitivo para abrir la puerta a la producción de seres humanos clónicos". Para los obispos, la ley legaliza nuevas formas de práctica de la eugenesia con la producción de bebés-medicamento. "Si es inaceptable producir un niño como instrumento en beneficio de otro, más grave es aún que todo ello se haga por un procedimiento eugenésico, es decir, eliminando a los embriones enfermos o no compatibles para conseguir el nacimiento de uno sano y compatible".

La jerarquía católica confía en que el Ejecutivo se decida a "repensar y mejorar" unas leyes "gravísimamente injustas". Su portavoz insistió en que la Iglesia defiende esta postura en solitario, aunque es consciente de que le acarrea "cierta impopularidad", porque "su obligación es defender a los débiles y funcionar por encima de intereses económicos y políticos".