La OCDE, el organismo internacional para la cooperación y el desarrollo económico, ha elogiado el proceso de regularización de 700.000 inmigrantes que llevó a cabo el Gobierno en el 2005. Jean-Pierre Garson, responsable de Migraciones del organismo, dijo que desde que España ejecutó el plan masivo para regularizar a los inmigrantes, se ha consolidado la contratación legal y se han reducido las mafias de mano de obra clandestina.

El organismo presentó ayer en Barcelona un informe sobre las políticas de Migración de los 30 países miembros, entre los que se encuentra España, y halagó la regularización masiva, aunque advirtió algunos riesgos a futuro. "A España le han salido las cosas bien, porque ha contratado mano de obra en trabajos poco cualificados que su economía necesitaba con urgencia. Pero si no invierte en políticas sociales, los beneficios de la inmigración se pueden convertir en graves problemas", dijo el experto.

CRECIMIENTO DE INMIGRANTES España ha quintuplicado su mano de obra extranjera entre el 2000 y el 2005 y se ha convertido en el país de la OCDE con mayor crecimiento de inmigrantes. Italia, Portugal y Grecia la escoltan en el crecimiento de mano de obra extranjera.

La organización también detectó que países que cuestionaron el proceso de regularización extraordinario, como Francia y Holanda, también han optado por una medida similar aunque encubierta: han acelerado la contratación individual de extranjeros.

El organismo internacional cree que España solo ha vivido los beneficios macroeconómicos de la inmigración y deberá ejecutar políticas fuertes de integración familiar y social para extender los efectos positivos de la mano de obra extranjera.

"Se debe hacer un esfuerzo para ahora integrar a las familias de los trabajadores. Los países exitosos en sus políticas de inmigración, como Canadá o Australia, dan permisos de trabajo a toda la familia y no solo al trabajador. Es un concepto de integración que España y otros países de reciente inmigración deberían estudiar", explicó.

El informe de la OCDE reserva un capítulo especial a la sobrecualificación de los inmigrantes en comparación al puesto de trabajo que defienden. Según el organismo, el hecho de que los extranjeros con altos niveles de estudio desempeñen labores de baja cualificación representa un doble daño al capital humano.

"Hay una fuga de cerebros en los países de origen y se genera una frustración en el destino. Si la nación receptora no da oportunidades, estos inmigrantes suelen buscar otros países más desarrollados. Esto implica una alta rotación que perjudica a trabajadores y empresarios", dijo.

España es el país de la organización que más sufre el problema. El 43% de los trabajadores inmigrantes están sobrecualificados, en comparación con el 15% de Francia y Suecia o el 16% de Portugal y el Reino Unido, donde los inmigrantes con altos estudios tienen más posibilidades de ejercer su profesión.

A pesar de ello, los trabajadores extranjeros no tienen dificultad para conseguir empleo, muchas veces en trabajos poco gratificados como camareros, dependientes o cuidadores de niños. Esto explica que el 70% de los inmigrantes dispone de empleo en comparación con el 62% de los españoles.