Una vecina de la localidad alemana de Wenden-Möllmike confesó ayer que escondió durante dos décadas en el congelador de su casa los cadáveres de tres bebés que tuvo a finales de los años 80. La mujer, que fue detenida acusada de homicidio, aseguró que ocultó los embarazos a su marido y a sus otros tres hijos. Al parecer, fue uno de estos últimos, de 18 años, quien descubrió los cuerpos de las criaturas envueltos en toallas y metidos en bolsas de plástico cuando buscaba una pizza en el refrigerador del sótano de la casa, el sábado pasado.

Herbert Fingerhut, jefe del grupo de homicidios de la policía alemana en Hagen (al oeste del país), informó de que la madre, de 44 años, se encontraba ayer en "estado de shock" y que durante su declaración "no hizo más que sollozar y temblar". El mismo agente explicó que la mujer es de constitución física corpulenta, "por lo que es posible que nadie notara los embarazos". La investigación posterior determinó que los bebés no eran trillizos. La fiscalía de Siegen ha pedido la autopsia para conocer la causa de las muertes, aunque todo apunta a que los niños llegaron al mundo con vida.