El Papa ha animado hoy a los españoles a vencer los actuales "motivos de preocupación" a través de sus hondas raíces cristianas, en un clima de respetuosa convivencia con otras "legítimas opciones" y exigiendo al mismo tiempo el debido respeto a la identidad cristiana.

Benedicto XVI ha pronunciado estas palabras en su primer discurso en el aeropuerto de Barajas, tras aterrizar en Madrid para participar en los principales actos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), donde ha sido recibido por los Reyes y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, entre otras autoridades.

El Pontífice se ha referido a aquellos jóvenes que por causa de su fe en Cristo sufren en sí mismos la "discriminación", que "lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada" en determinadas regiones y países. "Con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor. Él no ha tenido reparo en hacerse uno como nosotros y experimentar nuestras angustias para llevarlas a Dios, y así nos ha salvado", ha enfatizado.

Según el Papa, interrumpido en ocasiones por los aplausos y ovaciones de los peregrinos que se han acercado al aeropuerto, muchos jóvenes miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar un empleo digno, o bien por haberlo perdido o tener uno muy precario e inseguro, al tiempo que se enfrentan a problemas como las drogas.

Benedicto XVI cree que los jóvenes que van a participar en esta jornadas mundiales desean "escuchar la palabra de Dios" en un mundo en que ven "la superficialidad, el consumismo y el hedonismo imperantes, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad y tanta corrupción".

"Sin Dios sería arduo afrontar esos retos y ser verdaderamente felices, volcando para ello su entusiasmo en la consecución de una vida auténtica", ha dicho el Santo Padre, quien ha apuntado que estas jornadas servirán para respaldar en un "camino de fe y vida" a aquellos que "se creen solos o ignorados en sus ambientes cotidianos".

La JMJ, según ha señalado, es "una brisa de aire puro y juvenil con aromas renovadores" que llenan de confianza ante el mañana a la Iglesia y al mundo. Ha lamentado las "tensiones y choques abiertos" en muchos lugares del mundo, donde la justicia y el valor de la persona humana se "doblegan fácilmente" a intereses egoístas, materiales e ideológicos y no se respeta como es debido el medio ambiente y la naturaleza.

Benedicto XVI considera "urgente" ayudar a los discípulos de Jesús a permanecer "firmes en la fe" para que puedan dar un testimonio "valiente", sin ocultar su propia identidad cristiana, en un clima de "respetuosa convivencia con otras legítimas opciones y exigiendo al mismo tiempo el debido respeto a las propias".

Tras agradecer a los Reyes y a todas las instancias civiles y eclesiales su "esfuerzo y trabajo" en la organización de la JMJ, ha expresado su admiración por un país "tan rico de historia y cultura", cuya vitalidad en la fe ha fructificado en "tantos santos y santas" de todas las épocas.

"Es un gran tesoro que ciertamente vale la pena cuidar con actitud constructiva para el bien común de hoy y para ofrecer un horizonte luminoso al porvenir de las nuevas generaciones", ha recalcado.

Aunque haya actualmente "motivos de preocupación" en España, el Papa ha destacado que "mayor es el afán de superación de los españoles, con ese dinamismo que los caracteriza, y al que tanto contribuyen sus hondas raíces cristianas".