En la segunda de las tres jornadas de su viaje a Benín, en Africa, continente con 27 millones de enfermos de sida, el Papa evitó ayer cualquier alusión directa al preservativo, pero sí se refirió a la infección que causa el VIH, una enfermedad que, dijo, exige "sobre todo una respuesta ética", aunque también, reconoció, "médica y farmacéutica".

Esta afirmación fue difundida coincidiendo con la visita del Pontífice al hospital infantil de Quidadh, en Benín, regentado por religiosas que cuidan a niños enfermos, muchos de ellos infectados por el virus del sida. Benedicto XVI entiende la "ética" a la que alude como una vía para prevenir el VIH, lo que se conseguiría, indica, con abstinencia sexual, evitando especialmente las relaciones promiscuas y las extraconyugales. "Todo ello, en nombre de una antropología fundada sobre el derecho natural y la palabra de Dios", según se dice en la exhortación apostólica La tarea de Africa, publicada ayer y que recoge las conclusiones del segundo Sínodo de Obispos para Africa, celebrado en el 2009.

La alusión papal al condón en aquel viaje a Camerún y Angola dio lugar a una extensa polémica. El Obispo de Roma advirtió entonces sobre lo "pernicioso" que puede ser el uso del preservativo como herramienta de prevención del sida. Apuntó incluso que el condón "aumenta el problema".

El actual viaje de Benedicto XVI tiene otros objetivos. En el continente africano tiene escasa presencia el catolicismo. El Vaticano considera esta situación una "anomalía" a resolver sin pérdida de tiempo, en especial ante el avance del islamismo y de los ritos animistas. Este es, posiblemente, el motivo fundamental de la visita de Benedicto XVI. En el documento La tarea de Africa el Papa reclama a los católicos de este continente que apoyen a la familia. "Frente a distorsiones de la noción de matrimonio --dice el Papa--, la desvalorización de la maternidad y el relativismo de la nueva ética, la Iglesia doméstica ha de ser capaz de donar paz y armonía a la sociedad".