El Papa reanudó ayer las audiencias de los miércoles y aunque al comienzo mostró un débil estado, se fue recuperando, leyó sin ayuda y con voz clara la catequesis y después la resumió en diferentes idiomas.

De todos modos el Pontífice se saltó algunos párrafos de la catequesis y de vez en cuando tuvo que parar de leer para tomar aíre, ya que le costaba trabajo respirar.

Los más de 15.000 fieles presentes en la plaza de San Pedro rompieron en aplausos, para animarle, cada vez que se vio obligado a parar. Juan Pablo II, de 83 años, habló en italiano, español, portugués, inglés, francés y alemán. También saludó en polaco, croata, eslovaco y lituano.

A pesar de su aspecto débil, en la línea del que viene mostrando en los últimos meses, tiene la voz fuerte, aunque en algunos momento cede. Juan Pablo II anunció que el día 7 irá a Pompeya para postrarse ante la Virgen del Rosario, demostrando que está dispuesto a seguir viajando mientras Dios le de fuerzas.

Tras la audiencia el Papa saludó y bendijo a numerosas parejas de recién casados, a ancianos, enfermos y numeros fieles de diversos países. Se le vio en esos momentos con buen semblante.

Su debilitada salud tiene en vilo a la opinión pública mundial, aunque fuentes oficiales vaticanas dijeron a Efe que no se teme por su salud, aunque reconocieron que debido al parkinson que padece se encuentra "mal", pero desmintieron que vaya a renunciar al papado.